«Con el pelo bien hecho, con la ropa bien puesta y la camisa bien planchada». Así, como un pincel, llegaba Miguel (61) a l a cita a ciegas que ‘First Dates’ le preparó en el restaurante. Este valenciano «muy coqueto» sabe que se conserva estupendamente, en gran medida porque ha jugado al fútbol durante toda su vida y además sale a bailar regularmente. En la discoteca liga sin proponérselo, pero sin embargo, no ha logrado encontrar una mujer que le atraiga interiormente y con la que moverse acompasados a ritmo de bachata. Es por eso que la intentó conocer en el ‘dating show’ de Cuatr o. Como Miguel, Concepción (58), su cita, era una valenciana también muy marchosa que no para en casa los fines de semana. «Le he visto bien, no le pongo un ‘pero’ al hombre. Es más alto que yo», declaró al conocerlo. Residir en localidades cercanas también le pareció una ventaja: podían quedar para tomar un café, echar un rato o lo que surgiera. Y después, cada uno para su casa. De primeras, la pareja compartía sus respectivas formas de disfrutar de la vida y los gustos por los mismos planes. Sobre todo, el baile. No obstante, aunque Miguel ya se lo fue barruntando a lo largo de la velada, casi al final de la noche comprobó que efectivamente no hacían buena pareja. Ni fuera de la pista, ni en ella. Intentando darles un empujón al romanticismo, ‘First Dates’ transformó la sala en una discoteca para que se echaran una bachata. Si bien a Concepción le gustó que su cita llevara el ritmo, «porque hay hombres que no llevan ritmo», a él le pareció que el flow de su pretendienta no estaba a su altura. «Ella baila básico. Un pasito para allá y otro para acá, y de ahí no la saques», espetó Miguel ante el equipo del programa. Teniendo en cuenta que, como afirmó, tampoco era una mujer «que físicamente me haya llenado», el valenciano tenía clarísima su decisión de no querer seguir conociéndola. Lo que no se imaginaba es que ella, pensando que habían encajado, le preguntaría directamente qué le había parecido. Visiblemente incómodo, a Miguel le costó varios segundos improvisar una respuesta diplomática. Finalmente salió del paso alabando la cara de Concepción, su simpatía y destacando que le veía una persona muy alegre. El resto, añadió, «lo dejo para última hora». Ante las cámaras, todavía haciéndose un poco de lío con sus palabras, expresaba su verdadera opinión. «Yo digo lo que pienso, y si me gusta me gusta, y si no, no pasa nada. Esto funciona así. No he querido herir sus sentimientos. No he tenido nunca ese valor. Cuando he conocido a una mujer y no me ha gustado, le he dicho que no me ha gustado, pero en otras palabras», espetaba. Hasta el último momento Miguel no le dejó claro que no quería repetir cita con ella, una decisión que por su reacción la soltera no se esperaba. Sin embargo, Concepción también optó por lo mismo, pues tampoco había sentido lo que se debería sentir por un pretendiente.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-08-14 21:29:19
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Una soltera pone en un aprieto a su cita al hacerle una pregunta inesperada: «Yo digo lo que pienso»
