Aunque en el DNI pusiera que nació en noviembre de 2020, un utrero al que le faltaban dos meses para cumplir los cuatro años, aquello era ya un toro, un tío con toda su barba. Se llamaba Noche buena, curioso bautizo, llevaba el hierro del Conde de la Corte, salió en quinto lugar en la novillada desafío de ganaderías del Alfarero de Oro de Villaseca de la Sagra y sembró el pánico en un tercio de varas de sálvese quien pueda. En uno de esos momentos en el que los toreros que están el ruedo pasando el trago seguramente se