El Molino de Barcelona , histórico templo de la Barcelona canalla y paraíso del destape en el Paralelo, vuelve a la vida convertido en sala de conciertos, espacio gastronómico y nuevo hogar de lo que el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha presentado como «músicas minoritarias». A saber: jazz, canción de autor, rumba y flamenco, géneros que, según ha apuntado el concejal de Cultura del Ayuntamiento, Xavier Marcé, tienen serias dificultades para poder desarrollar programaciones estables en unos locales privados sometidos a las leyes del mercado y la especulación. «Queremos convertir El Molino en el gran club de las músicas