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El antiguo alumno Pedro Carabias es licenciado en Física en la Universidad de Sevilla y Master de Profesorado (MAES) por la Universidad Pablo de Olavide. Ha trabajado en el sector de las energías renovables, en la empresa alemana Viessmann y en la empresa española Gamesa Solar. Actualmente trabaja en el sector aeroespacial, concretamente en la empresa Alter Technology, que pertenece a TÜV NORD GROUP y acumula más de 30 años de experiencia en servicios de ingeniería, aprovisionamiento y ensayos de componentes y equipos electrónicos para el espacio y otros entornos hostiles. ¿Qué recuerdos tienes de tu paso por Altair? Altair era en aquella época (y lo sigue siendo) un centro de enseñanza con reconocido prestigio, orientado a obtener excelentes resultados académicos mediante un exigente compromiso del profesorado y la dirección del centro, al mismo tiempo que busca dotar a los alumnos de los recursos necesarios para identificar sus cualidades personales, poniendo el acento en un desarrollo integral tanto académico como en el ámbito personal. Durante los 4 años que estudié en Altair (los 3 años de BUP y el COU), pude simultanear un muy alto aprovechamiento del tiempo en cuanto a dedicación a las materias docentes, con el deporte, y la relación entre iguales con los compañeros de promoción. Desde los inicios de Altair, se ha procurado tener muy en cuenta que cada alumno es único, ¿en qué medida has notado esa educación personalizada en tu paso por el colegio? Ciertamente Altair ofrece un acompañamiento no sólo en el recorrido de aprendizaje académico, sino también durante el proceso de desarrollo intelectual e individual, que resulta en autoconocimiento, valores y confianza en sí mismo. ¿Qué valores te llevaste al estudiar en Altair? ¿Y qué te ha aportado Altair para tu vida profesional, social y familiar? Destacaría algo común que abarca a todos los aspectos de la vida: la cultura del esfuerzo y la perseverancia, que son herramientas fundamentales para llegar a alcanzar objetivos. Cada vez observamos más como se buscan «varitas mágicas» que nos resuelvan los problemas, no obstante, la mejor receta pasa por ese binomio «esfuerzo/perseverancia». Centrándonos en tu profesión, trabajas actualmente en Alter Technology. En líneas generales, ¿en qué consiste tu trabajo? Trabajo en el Departamento de Calidad de Aprovisionamiento, que pertenece a la división HRS (High Reliability Semiconductors) de Alter Technology. Nuestra principal función en este departamento es gestionar y resolver todas las incidencias que surgen durante las actividades dedicadas a probar y evaluar componentes de microelectrónica, fotónica, radiofrecuencia y microondas. Los requisitos de calidad y fiabilidad que estos componentes deben cumplir para su correcto funcionamiento a lo largo de las misiones espaciales están definidos principalmente por la ESA (European Space Agency) y la NASA/DLA (USA Defense Logistics Agency). En el día a día, básicamente analizamos los datos aportados por nuestros laboratorios, para analizar con los fabricantes las incidencias reportadas y acordar con los clientes y las Agencias Espaciales si los componentes pueden ser utilizados mediante validación adicional o si deben ser rechazados y reemplazados por nuevos componentes. En ocasiones, como consecuencia del proceso de estudio y revisión, alcanzamos soluciones de posible uso en el marco de condiciones técnicas específicas que garanticen el éxito durante la misión, y así evitamos a los proyectos los retrasos asociados a nuevas producciones. Además, debido a la gran cantidad de test que realizamos, la experiencia acumulada nos sitúa en una posición privilegiada de know-how que no sólo es apreciado por los clientes y Agencias internacionales, sino también por los propios fabricantes a los que incluso damos soporte en numerosas ocasiones con propuestas de mejora sobre sus productos y también les aportamos clarificación adicional de escenarios en la aplicación de los estándares exigidos en el sector espacial. Sevilla es este año Capital Europea del Espacio y es actualmente la sede de la Agencia Espacial Española, ¿en qué medida crees que esto beneficia a la ciudad? Se están impartiendo seminarios, conferencias y charlas de divulgación a diferentes niveles sobre el sector espacial con motivo de haber asumido Sevilla en 2024 la Presidencia de la Comunidad de Ciudades Ariane, habiéndolo sido por primera vez en el año 2019. La industria aeroespacial está creciendo de manera significativa en todo el país, y particularmente en Sevilla, donde cada vez son más las empresas que están ubicando nuevas sedes para aprovechar el impulso del clúster empresarial que se ha establecido. Sin duda alguna, que Sevilla sea además sede de la Agencia Espacial Española va a repercutir con gran impacto industrial y tecnológico en la ciudad, a través de un desarrollo estratégico sostenido por fuertes inversiones públicas y privadas. ¿Por qué el hombre lleva 50 años sin pisar la luna? La respuesta a esta pregunta se suele presentar en términos de desafío tecnológico e impacto mediático. El programa Apollo de la NASA duró desde 1968 hasta 1972. Fueron 14 años en los que hubo 6 alunizajes tripulados (desde la misión Apollo 11 hasta Apollo 17, no llegándose al alunizaje en la misión Apollo 13). En cada una de las 6 misiones con alunizaje se consiguieron nuevos hitos de superación, basados en mayor tiempo de permanencia en la luna y más cantidad de muestras traídas de vuelta a la tierra para su estudio. De hecho, los 3 últimos alunizajes fueron acompañados además de un rover lunar que permitía a los astronautas recorrer distancias más alejadas. Una vez había sido logrado este importante reto científico y tecnológico, a la vez que había sido también aprovechado plenamente desde un punto de vista de difusión internacional, la sociedad norteamericana comenzó a perder interés por la falta de nuevos desafíos, quedando sin respaldo social las inmensas inversiones que eran necesarias para mantener activas estas misiones Apollo. En consecuencia, un nuevo reto era necesario para retomar la carrera espacial. Enseguida se empezó a trabajar en la idea de construir y mantener laboratorios de experimentación científica en órbita, donde astronautas pudieran establecer periodos prolongados de estancia. Esta idea desembocaría finalmente en el concepto de estaciones espacial. Al mismo tiempo, harían falta nuevas naves tripuladas con formas de aterrizaje más convencional que los empleados en el programa Apollo, es decir sustituir los amerizajes de capsulas con paracaídas y escudos térmicos de protección para la reentrada en atmosfera terrestre por suaves aterrizajes controlados tipo avión. El transbordador espacial «Space Shuttle» representó el siguiente reto que cumplía estas expectativas y que mantuvo bien «ocupado» a la NASA en las fases de diseño, prueba y ejecución hasta llegar a completar las 134 misiones lanzadas entre 1981 y 2011. Fue además vehículo de transporte imprescindible para ensamblar los módulos de la Estación Espacial Internacional entre 1998 y 2011. En paralelo a estos logros, comenzó a cobrar cada vez mas interés el nuevo desafío de explorar Marte, para lo cual la NASA también derivó gran parte de recursos a Sojourner, Spirit, Opportunity, Curiosity y Perseverance, que son los 5 astromóviles o MERs (Mars Exploration Rovers) que desde 1997 hasta la actualidad han explorado la superficie de Marte, analizando la actividad sísmica, la composición de rocas / polvo y hallando indicios pasados o presentes de agua. Con este escenario que se ha ido implementando en las últimas décadas, la comunidad científica internacional y toda la sociedad en general ha reunido los ingredientes necesarios para situar el nuevo objetivo en llevar astronautas a Marte. Para alcanzar esta meta hay una parada obligatoria que nos ha vuelto a llevar a la luna, porque primero tenemos que hacer funcionar un modelo de estación orbital lunar con módulo lunar de aterrizaje y despegue. Sólo cuando este modelo esté operativo, entonces se podrá extrapolar y reproducir la misma fase de ejecución en Marte. ¿En qué consiste el programa Artemis y cuáles son sus objetivos? Artemis es el programa que volverá a llevar al ser humano a la luna, a la vez que pretende establecer una presencia sostenible en la superficie y en la órbita lunar, es decir sentar las bases de la «colonización» lunar. Está compuesta por Gateway y Orion. Gateway será la estación orbital lunar y Orion es la nave encargada de llevar los astronautas desde la Tierra hasta Gateway, con capacidad también para acoplarse a la actual Estación Espacial Internacional. En Alter Technology estamos muy satisfechos de nuestra participación en ambos elementos de Artemis. Por un lado, hemos realizado el aprovisionamiento de componentes del ESM (European Service Module) en los 2 primeros prototipos de Orion. La ESA, en colaboración con la NASA, nos hizo este encargo para Orion por la experiencia adquirida en el vehículo de transferencia HTV (H-II Transfer Vehicle), ampliamente usado en la Estación Espacial Internacional para el transporte de suministros (aire, agua, electricidad, propulsión, control de temperatura, etc.). Y actualmente, Alter Technology está realizando el aprovisionamiento y testeo de los componentes de CanadArm 3, que es la contribución de la Agencia Espacial Canadiense a Gateway. Consiste en 2 brazos robóticos articulados encargados de acoplar naves, reubicar módulos, transferir material entre el exterior e interior y realizar tareas de mantenimiento / reparación en la propia estación espacial. Según las últimas previsiones de la NASA, una de las primeras misiones del programa Artemis nos regalará en 2027 un nuevo momento histórico de alunizaje tripulado, similar al de Neil Armstrong en 1969. ¿Qué consejo darías a los alumnos de Altair que quieren estudiar ingeniería aeroespacial o cualquier otra carrera relacionada con el Espacio? Les animaría a seguir adelante con este propósito, y no sólo por lo obvio de ser un área de especial interés en cuanto a lo atractivo de la exploración espacial, sino también por las características de estabilidad y proyección internacional del sector espacial. Al estar la mayoría de clientes repartidos por toda la geografía mundial, las posibles crisis locales, nacionales o internacionales quedan muy amortiguadas, llegando a ser casi imperceptibles. Además, los proyectos tienen duración superior a los tiempos habituales de otros sectores. La construcción de satélites para investigación o telecomunicaciones implica inversiones de gran envergadura. Contando fases de diseño, aprovisionamiento, testeo, ensamblado, etc… las empresas pueden trabajar de 3 a 5 años en un mismo proyecto. De esta forma, enlazando varios proyectos seguidos, se alcanza una sólida trayectoria profesional respaldada por largos años de experiencia. Finalmente, ¿qué le contaría a un amigo o familiar para recomendarle Altair como elección educativa para sus hijos? Sin duda, les diría que es apostar a caballo ganador. Altair es una buena incubadora de talentos, donde las habilidades personales se descubren y se cuidan para que puedan dar fruto con el tiempo. Y sin olvidar los necesarios resultados académicos que hacen falta para acceder a los grados universitarios, ya que una consistente base académica en los alumnos les abrirá las puertas y facilitará el éxito durante la etapa universitaria.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-07-19 08:05:12
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