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No data, no party. Esto es algo que se repite desde hace años en un ecosistema en el que los datos, llamados también «los combustibles de la IA» , mueven el mundo. Pero, al igual que en la industria de la movilidad en la que ya hay alternativas sintéticas ante un contexto regulatorio proteccionista, los científicos de datos han buscado su alternativa artificial. Esto significa que hay soluciones que se alinean con velar por la privacidad, a la vez que reducen costes y se superponen a la carencia de datos, con especial foco en los datos sintéticos. Los datos sintéticos emergen como una pieza clave para escalar soluciones de IA de forma responsable, segura y eficaz. Éstos no son más que datos artificialmente creados mediante algoritmos matemáticos o modelos de IA que replican las características estadísticas y estructurales de los datos reales, pero sin contener información personal identificable. De esta forma, el dato sintético y la IA tienen una relación simbiótica: la IA puede generar los datos y, al mismo tiempo, se entrena mejor gracias a ellos. Desde el punto de vista técnico, el dato sintético se ha convertido en una necesidad real a la hora de generar información útil. Permite entrenar soluciones de IA en aquellos casos en los que es muy difícil, lento o costoso conseguir muestras suficientemente representativas para aplicar técnicas de análisis y predicción. Con la llegada de la IA generativa , generar estos datos es mucho más sencillo y eficiente, ya que esta forma parte de su funcionamiento nativo. No obstante, este tipo de técnicas conlleva ciertos retos. Uno de los principales es la duda sobre la validez de esta información «ficticia». El dato sintético es especialmente útil en entornos no estructurados o en exploraciones de tipo cualitativo, pero no resulta tan eficaz aún en modelos de clasificación o predicción tradicionales, donde históricamente la IA se ha apoyado en técnicas de machine learning basadas en estadística sólida. La fiabilidad y representatividad de estos datos debe ser cuidadosamente validada. Hoy en día existen soluciones maduras que permiten no solo generar datos sintéticos, sino hacerlo de forma auditada y comprensible. Estas herramientas permiten facilitar la explicabilidad —es decir, la capacidad de comprender y explicar de manera clara los resultados para humanos—, algo clave para incorporar estos datos en el proceso de desarrollo de nuevas soluciones sin dudar de su integridad. El dato sintético se convierte así en un indicador de fiabilidad más dentro del proceso de diseño de sistemas inteligentes. Aunque su nivel de implantación no es generalizado (solo un 5% el pasado año), ya se encuentra en entornos muy técnicos de grandes corporaciones y seguirá creciendo exponencialmente. En este sentido, según Gartner, para 2026 el 75% de los datos utilizados para IA serán sintéticos en lugar de reales. Y ahí es donde empiezan las nuevas prácticas que luego se extienden a la totalidad del ecosistema. Lo que no es discutible, son sus beneficios. Desde el punto de vista económico, los datos sintéticos permiten generar información clave sin tener que recopilar y gestionar grandes volúmenes de datos reales, lo cual reduce significativamente costes, tiempos y riesgos legales asociados al uso de datos personales. Además, ofrecen una enorme ventaja en términos de escalabilidad: una misma infraestructura puede generar millones de datos adaptados a diferentes escenarios, sin necesidad de recopilar cada caso del mundo real. También permiten simular contextos que aún no han ocurrido —desde flujos de tráfico urbanos no existentes hasta enfermedades emergentes—, facilitando así la innovación en campos que antes eran imposibles de abordar por falta de información. Además, estas capacidades de generación no solo sirven para resolver una única necesidad, sino que pueden adaptarse a múltiples casos de uso, lo que hace que el modelo sea altamente escalable. El uso del dato sintético no va a transformar por completo el modelo de negocio de la IA, pero sí va a ser una variable clave en su evolución . En sectores como la salud, la seguridad, la administración pública o la ciberdefensa, puede convertirse fácilmente en un elemento imprescindible. Además, el dato sintético ya empieza a integrarse en estrategias más amplias vinculadas al desarrollo de IAs más eficientes y responsables: desde la «IA privada» que protege la identidad de usuarios, hasta técnicas como la compresión de modelos de lenguaje y el diseño de modelos más pequeños (SLM, por sus siglas en inglés), que hacen las soluciones más accesibles y sostenibles. Estas tecnologías se complementan entre sí bajo un enfoque holístico que prioriza la ética, la privacidad y la viabilidad legal. Eso sí, conviene recordar que no hablamos de sustituir completamente los datos reales, sino de complementarlos. El uso combinado de ambas fuentes puede ofrecer ventajas únicas: fidelidad y diversidad, precisión y flexibilidad, cumplimiento normativo y escalabilidad. En definitiva, el dato sintético es una herramienta poderosa para democratizar el acceso a la inteligencia artificial y su evolución, reducir barreras legales y económicas, y construir soluciones más explicables, seguras y sostenibles. Observamos que su papel dentro del ecosistema de la IA va ganando peso, como aliado silencioso pero cada vez más necesario para avanzar hacia un uso ético, eficiente y transformador de la inteligencia artificial.



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Author : (abc)

Publish date : 2025-04-22 21:12:00

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