La Esperanza regresó a la capilla de los Marineros entre multitudes , arropada por miles de personas en el domingo de la alegría de la Cuaresma, el día propicio para derrochar el fervor de un día marcado para ello. Esto solo ha sido el inicio de lo que será este año tan especial en la Esperanza de Triana. Lo hizo tras la función principal de instituto oficiada por el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses. Tal era la cantidad de personas que antes de iniciarse el traslado, en la capilla, se encontraba público para la entrada. Había quien decía en el traslado, entre el bullicio: «Si esto es así hoy, ¿Cómo será en la misión?» . Baños de masas para la Virgen, como es habitual, una demostración de fe a la manera en que sabe hacerlo Triana, con música, petaladas y plegarias. Los vecinos, con sus mejores galas, porque por sus casas pasaba la Esperanza. La banda de Las Cigarreras no cesó de interpretar marchas, la mayoría dedicadas a la Esperanza, con un matiz especial cuando sonó Virgen del Valle en la calle Fabié. Allá por donde pasaba la Virgen había lluvia de pétalos, instante en el que las andas eran detenidas para andar sobre los pies y, seguidamente, arrancar de frente entre el aplauso de emoción de los presentes. A las doce en punto, en Rodrigo de Triana, se rezaba el ángelus por parte de Manuel Soria , director espiritual y párroco de Santa Ana. Esto daba paso a una nueva petalada cuando la Virgen entraba en Fabié, una de las calles más emotivas del traslado, donde las lágrimas en los ojos de los vecinos hablaban por sí solas a su paso. En ese rincón tan especial, se vivió uno de los momentos más conmovedores: una familia arrojaba pétalos al cielo mientras pedía por la recuperación de una devota enferma, quien, entre el abrazo de sus seres queridos, rompió a llorar. Necesitaba Esperanza, y la Virgen fue a llevársela. En esa misma calle, otra persona, visiblemente emocionada desde que la vio aparecer en la lejanía, acabó rompiéndose cuando se postró a sus plantas. De ahí salió a Pureza, donde el sol hizo acto de presencia para iluminarla por completo. La Virgen deslumbró, más aún si cabe, al llegar a la calle Pureza, envuelta en la luz dorada que acentuaba su belleza, provocando la emoción de sus hermanos. La Esperanza regresa a su casa. En apenas dos semanas volverá a cruzar el Guadalquivir en un año teñido de esta devoción que traspasa fronteras.
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Author : (abc)
Publish date : 2025-03-30 22:49:00
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Domingo de laetare, de alegría con la Esperanza en Triana
