La pasión esta vez se tiñó en verde y blanco

El último domingo de marzo -cuarto de cuaresma, tiempo que en Sevilla también se vive con mucha intensidad y que sirve de preparación para la Semana Santa- recibió al derbi muy soleado. Tiempo espectacular en lo climatológico que permitió que las dos aficiones empezaran a vivir el duelo desde temprano. Todos los rincones de la capital hispalense se tiñeron de verde y blanco y de rojo y blanco. Y como prácticamente no hace falta ni siquiera explicar, grupos de aficionados juntos, disfrutando de un rato de previa en compañía, hermandad y saber estar . Por ejemplo, en barrios cercanos a Heliópolis, como por ejemplo el Tiro de Línea , se pudo ver en sus bares, plazas y calles cómo béticos y sevillistas , cada uno con sus colores, compartían una cerveza o un refresco. En los aledaños del Villamarín el partido empezó a calentarse en lo relativo al ambiente desde el mediodía . Un nutrido grupo de seguidores béticos acudieron al hotel del Betis para apoyar a los jugadores , que llegaban todos juntos en el autobús después de realizar la pequeña sesión de activación sobre el césped del escenario del partido. Allí, los futbolistas y los miembros del cuerpo técnico agradecieron el apoyo de sus seguidores. Los sevillistas se dieron cita a partir de las 14.00 horas en la explanada de Santa Justa , la cual se llenó durante la hora de la merienda. La zona se engalanó con tifos, banderolas y muchas bengalas para calentar la previa de este duelo entre los eternos rivales. Muchos cánticos acordándose del vecino y aún más réplicas de la polémica bandera por la que sancionaron a Isaac, Carmona y Juanlu . Luego, los 600 seguidores nervionenses que tenían asignada su localidad para acompañar a su equipo al territorio enemigo se desplazaron hasta el Sánchez-Pizjuán para recoger sus entradas y recorrer andando el trayecto entre su estadio y el Villamarín , siempre perfectamente acordonados y escoltados por los efectivos policiales encargados del traslado. En Heliópolis , por su parte, los béticos tenían claro que este era el derbi en el que su equipo podía romper la racha de resultados negativos en estos partidos ante el Sevilla . La afición lo puso todo de su parte durante la jornada en las largas horas previas antes de que el balón empezara a rodar sobre el césped del Benito Villamarín, momento en el que le tocaba a su equipo la hora de darlo todo por ellos y de demostrar en el campo la superioridad en estos momentos. Desde bien temprano los béticos tiñeron de verdiblanco su territorio para darle a su equipo y al cuerpo técnico el último aliento para intentar ganar el partido. Desde las 16 horas , el ambiente se trasladó al parque Guadaíra, aledaño al hotel y el estadio , y allí el beticismo vivió las horas más intensas. Se entonaron cánticos , como no podía ser de otra forma, en favor del Betis y también se acordaron del eterno rival. Todo el barrio se engalanó con banderas y bufandas con los colores verdiblancos. Mientras el autobús del Sevilla llegaba al Villamarín sin problemas procedente de su ciudad deportiva, el hotel de concentración del Betis se convirtió en el epicentro de los cánticos de apoyo al conjunto verdiblanco. Desde al menos dos horas antes del momento previsto para que el vehículo bético saliera hacia el recinto donde se disputaba el partido, empezaron a concentrarse muchos aficionados que dieron su último aliento al equipo. Más bien el penúltimo. Fueron llegando dirigentes , como el presidente Ángel Haro , el vicepresidente José Miguel López Catalán , el director deportivo Manu Fajardo o Joaquín , que arengaron a los béticos que se agolpaban a las puertas del centro hotelero. El último aliento bético llegó con la salida del bus. Los aficionados que estaban en el parque contiguo se acercaron, aunque la Policía acordonó toda la esquina y el resto de la calle hasta llegar al Villamarín. La despedida de los béticos fue sencillamente espectacular . Un río de seguidores béticos animando sin parar bajo una nube de humo verde , entonando todos los cánticos favorables a sus jugadores , quienes aporreaban, en señal de agradecimiento, las lunas del vehículo. En los prolegómenos del partido, el Gol Sur del Villamarín desplegó un espectacular tifo . Sobre una pancarta verde se podía ver el escudo que tuvo el club entre 1919 y y 1922 (el que luce en la tercera equipación de la presente temporada) sostenido sobre dos ángeles. Encima del dibujo se podía leer el lema «te coronaron los ángeles para dejarte en Sevilla» , mientras en el resto de las gradas del estadio se flameaban las pequeñas banderas que el club dejó en cada asiento con la frase «me quedo contigo» . Mientras, en la zona de aficionados visitantes, los sevillistas desplegaron banderas con el escudo del Betis tapado , lo que supuso la sanción a Juanlu, Carmona e Isaac tras el derbi de la primera vuelta y provocó la ruptura de relaciones institucionales entre ambas entidades. En el transcurso del partido, la pasión de las gradas se trasladó al terreno de juego y los goles se celebraron con tremenda alegría. Primero, la esquina sevillista tras el tempranero tanto de Vargas . Pero después enardeció el Villamarín tras las dianas de Johnny Cardoso y Cucho Hernández. Los 58.538 aficionados que coparon las gradas de Heliópolis, supuso el récord histórico de seguidores en el estadio bético desde su última remodelación. Mientras duraba la felicidad heliopolitana, desde el Gol Sur bético se lució una frase en relación a la situación accionarial que vive el Sevilla, y se podía leer «se vende estadio para sueño americano. Precio: 100 entradas». Con el pitido final de Busquets Ferrer y el 2 a 1 en el marcador , la fiesta se apoderó de todo el beticismo que celebró el triunfo sobre el eterno rival. Rompieron una racha negativa en LaLiga que llegaba hasta el derbi en el que Joaquín le dio el triunfo a su gente en septiembre de 2018.



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Author : (abc)

Publish date : 2025-03-30 22:33:00

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