Sobre un paño repostero con letras gigantes recibían en la frontera de la calle Asunción con la Plaza de Cuba a la amplia comitiva forastera: « Bienvenidos al barrio de la ilusión ». Venía a ser una continuación de aquel «welcome, bienvenidos, hola» con el que los vecinos de Villar del Río quisieron abrazar llenos de entusiasmo a la delegación norteamericana del Plan Marshall. Con la misma ilusión de aquel pueblecito castellano esperaban este jueves en la antigua extensión de Los Gordales a la delegación de avanzadilla venida desde el antiguo Oriente. Sólo con los varios millares de niños que serpenteaban por las calles de Los Remedios ya se podría catalogar esta cita como multitudinaria, sin contar a sus familiares ni a los componentes del cortejo inaugural de esta creciente moda de los carteros reales que viajaban por los diferentes distritos de la ciudad. Que el heraldo de sus Majestades los Reyes Magos de Oriente llegue cinco días antes de que los sevillanos se tomen las uvas por Nochevieja, y diez días antes de que el Ateneo saque a la calle a sus carrozas , es un claro reflejo de la desproporción de una cita que ya tiene su eco en casi todos los barrios de la ciudad. La proliferación de este tipo de eventos debería invitar a una reflexión en la que tampoco conviene obviar la ilusión y el divertimento que esto supuso para tantos niños y adolescentes del barrio de Los Remedios, y de ‘extramuros’ que hasta allí se habían desplazado, siendo una fiesta total para sus vecinos y comerciantes. Que la fecha escogida era demasiado temprana era una realidad tan evidente como que todos esos asistentes y participantes no hubieran encontrado un plan mejor para pasar la tarde-noche del veintiséis de diciembre. La m úsica ‘bakalaera’ se entremezclaba con los villancicos del momento – del ‘Burrito Sabanero’ de Bisbal al ‘Palillos y Panderos’ de Niña Pastori – y las canciones más populares de las redes sociales. «Entre zambombas, palillos y panderos, alegría que ha nacido Dios, en un mundo de gitanos buenos», canturreaban como buenamente podían beduinos y público, la mayoría a pie de calle, otros muchos sobre los balcones. Hablando de balcones, « el de Pepe Pinreles », que es como se referían los asistentes al de su propietario, Juan Carlos Ramos Picchi, en la esquina de Virgen de Regla con Asunción, era una auténtica fiesta. Las flores le daban el toque elegante a su pomposa decoración, repleta de banderolas y con unos ‘lanzacohetes’ nunca vistos para disparar cañones de confetis. El cielo de la calle Asunción era un arcoíris lleno de papelillos y globos gigantes. No faltaba un perejil en el que se ha convertido en el punto predilecto de muchos para disfrutar de este tipo de fiestas. Su famoso ‘ oso panda de Triana ‘, que tiene ya una trayectoria profesional con más fiestas que la vaquilla de una capea, había abandonado en esta ocasión el balcón de la calle Asunción para subirse al r emolque de una de las carroza s. La criatura está tan bien criada por sus propietarios que apenas cabía en esta ‘jaula’ que le habían preparado y sólo podía mirar hacia el lado izquierdo del recorrido. Un motivo más para el cachondeo del público. Era una de las tres carrozas que componían este regio cortejo, con unos pollitos que parecían pero que no eran los Minions –disculpen sus creadores por la ignorancia– y una biga romana con dos caballos hinchables sobre la cabeza del camión. En cada una había un pinchadiscos que animaba aún más la fiesta, y todas ellas iban escoltadas por beduinos y bandas de cornetas y tambores ( Cigarreras, Centuria y Los Gitanos ), que igualmente tocaban a paso de tambor que interpretaban a la colombiana Karol G. Fue por tanto el barrio de Los Remedios una gran fiesta para todos los presentes, protegido por la amplia presencia de la Policía Local y finalmente adecentado gracias a los indicativos de Lipasam que hacían, nunca mejor dicho, de ‘coches escoba’. Mismas dotaciones municipales que recibirán en estos días los barrios de la Macarena (por partida doble), Triana, El porvenir, Sevilla Este y Centro; este último, un día antes de las cabalgatas de Sus Majestades los Reyes de Oriente, por si queda algún rezagado sin entregar su carta… Posdata: el heraldo de Los Remedios fue el abogado sevillano José María González Mesa y estuvo arropado por más de 350 beduinos, tres bandas de música, tres carrozas y la Asociación Amigos del Monasterio-Centuria Romana de Santiponce. Que no pare la fiesta.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-12-26 21:33:00
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