El Consejo General de Hermandades y Cofradías hispalense ha apostado por quinto año consecutivo por la Orquesta Barroca de Sevilla para celebrar su concierto de Navidad y además hacerlo en el Turina, cosa que se agradece por la mejor acústica y poder guarecernos del frío de otros años en la Iglesia de la Anunciación. Y nada mejor que Bach , como aseguraba con razón Ventura Rico en sus breves palabras al público. En este caso abría el programa la única cantata completa del programa, la titulada ‘Selig ist der Mann’ BWV 57 , perteneciente a un grupo de ocho cantatas relacionadas con la Navidad, que mostraban el interés de Bach por los poemas de Georg Christian Lehms , de cuya colección tomó el compositor los textos para seis de estas ocho cantatas navideñas (1725-26). En la que nos ocupa se recoge el diálogo del alma y Jesús, representados por una soprano y un bajo respectivamente (aquí barítono). Comenzaba la pieza con el aria que da título a la cantata a cargo de Víctor Cruz , a quien conocemos de otras colaboraciones anteriores, entre ellas con la OBS. Notábamos un cambio en su voz, que parecía rebajar el volumen en cuanto ascendía hacia la zona más alta, y al mismo tiempo una merma de sus armónicos que dejaba su registro algo descubierto y blanquecino, mientras que la zona media-grave conservaba esa frescura, vigor y claridad de otras veces, aunque tocado de un cierto vibrato. Por su parte, dentro de la misma cantata, la soprano francesa Manon Chauvin se presentaba con el aria ‘Ich wünschte mir den Tod’ («Deseo la muerte») en la que Bach quiere reflejar un profundo dolor, como ya puede colegirse por la introducción que hace la orquesta, o debiera hacer. Sin embargo, no era ese sentimiento el que nos llegaba, sino más bien una cierta indolencia, una infrecuente planicie, en unos pentagramas en los que el compositor suele ahondar en el alma humana. La soprano entró y quiso realzar el sentimiento del texto, pero no lo consiguió del todo, a pesar de una voz de hermoso timbre, que buscaba la expresión que el texto le estaba sirviendo en bandeja de plata. Sebastián mantenía su coreografía gestual que más parecía un conjuro contra el sentimiento que no terminaba de aflorar, y que pareció alargar el final. Le faltó vigor al barítono en el aria ‘Ja, ja, ich kann die Feinde schlagen’ («Sí, sí, puedo golpear a los enemigos»), con asomo de sonoridades fanfárricas, mientras la soprano terminaba su parte solista con ‘Ich ende behände mein irdisches Leben’ («Pongo fin rápidamente a mi vida terrenal»), un aria casi danzable y risueña a pesar del título, en la que asomó una firme coloratura, aunque todavía en los agudos se notaba una cierta tensión. Sie todo pareció enmendarse avanzando el programa y cuanto más cómoda se sentía. Por fin también vimos al barítono que recordamos en el aria ‘Gelobet sei Gott, gelobet sein Name’ de la Cantata ‘ Freue dich, erlöste Schaar’ BWV 30 , recuperando esa parte del registro más apagada, así como vocalizaciones más definidas con el registro pleno. No reconocíamos a esa orquesta punzante, atrevida, penetrante, sino más bien oíamos una desconocida, roma y algo opaca, que confirmó la ‘Sinfonia’ de la Cantata ‘Ich stehe mit einem Fuß in Grabe’ BWV 156 , encabezada por el oboe de Jacobo Díaz , en una orquesta en la que los violines no eran uno o dos (primeros y/o segundos), sino que parecían más. Es verdad que la tarde debía estar cargada de humedad a juzgar por la de veces que tuvieron que afinar , algo que no necesitan normalmente; pero aún así, había nos sonaba algún díscolo entre sus filas. Y en general faltaban ajustes para una mayor compacidad y que luciera el tiempo de ensayo. No insistiremos sobre empeñarse en colocar el clave de espaldas a la sala , en este caso para dirigir mientras se toca; pero el clavecinista ya debe saber que apenas se le oirá, sobre todo si además encima quita la tapa. Sebastián quiso demostrarlo en la ‘Sinfonia’ de la cantata/concerto BWV 169 . En cambio, Alejandro Casal estuvo espléndido en la ‘Sinfonia’ de la Cantata Ich geh’ und suche mit Verlangen (Dialogus)’ BWV 49 y especialmente en los episodios junto a la violonchelista Mercedes Ruiz , de tal manera que parecían un solo registro con un color desconocido, apoyados por el fagot de Alberto Grazzi . Como siempre, agradecer a la Asociación de Amigos de la OBS que pudiésemos contar con los imprescindibles sobretítulos.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-12-22 01:13:00
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