Descansar bien y las horas necesarias, mantenernos activos y realizar algo de ejercicio físico sumado a mantenernos hidratados y llevar una alimentación variada y sana son los pasos cruciales para mantener saludable nuestro cuerpo y mente. En lo que respecta a lo que comemos, a día de hoy tenemos miles de opciones de alimentos y recetas que incorporar a nuestra dieta diaria. Aunque cada organismo es un mundo y tiene unas necesidades más específicas según diversos factores, existen algunas directrices y datos que son comunes a cualquier persona. Uno de ellos, suele ser el de incorporar frutas y verduras diariamente y de manera variada , de modo que nuestra alimentación se complemente con otros nutrientes como la proteína, las grasas saludables o los hidratos de carbono, que suelen venir de otros grupos de alimentos, aunque también los pueden aportar, en parte, los vegetales. Si nos fijamos en ingredientes de nuestra comida que casi siempre suelen estar presentes , encontramos algunos como aceite y la sal, básicos para prácticamente cualquier plato en nuestro país. Centrádonos en el segundo, la sal, esta supone «un nutriente esencial para el mantenimineto del volumen plasmático, el equilibrio ácido-básico, la transmisión de los impulsos nerviosos y el funcionamiento normal de las células», tal como se indica desde la OMS (Organización Mundial de la Salud). Sin embargo, su ingesta excesiva se relaciona con enfermedades cardiovasculares e incluso la muerte. Como ha ocurrido con otros tipos de productos, los supermercados buscan ofrecer al cliente variedad y esto también afecta a la sal. Así, desde hace unos años, también podemos comprar sal rosa del Himalaya a la cual, popularmente se le asocian beneficios por encima de la sal normal de mesa, cosa que los expertos no corroboran. Sobre una de las diferencias entre ambos tipos de sal ha hablado Laura Salud, farmacéutica y nutricionista que divulga contenido relacionado con ello en sus redes sociales. En uno de sus vídeos, cuenta que una amiga había experimentado una bajada de homonas tiroideas y esto es a lo que se debía: «Ella vino preocupada porque s us niveles de hormonas tiroideas habían bajado . Nada en su vida había cambiado, yo le pregunté ‘¿qué tipo de sal estás utilizando?’. Y ella medijo que desde hacía unos meses estaba tomando sal rosa del Himalaya y pensé, amiga, creo que esa va a ser la causa de que tus hormonas hayan bajado. En su caso, así fue: volvió a la sal común y todo volvió a la normalidad», expone la nutricionista. «¿Sabéis por qué? Porque la sal común lleva yodo y la del Himalaya no , así que estarás pagando más por sal de color rosa», concluye la profesional, reforzando la idea de que consumir sal rosa del Himalaya no es mejor que tomar la sal yodada de toda la vida. Los conocimientos de Laura viene respaldados por una de las informaciones que facilita la OMS en su página web: « Toda la sal que se consume debería ser sal yodada (fortificada con yodo), algo esencial para el desarrollo saludable del cerebro del feto y del niño de corta edad y para optimizar las funciones mentales de las personas en general».
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Author : (abc)
Publish date : 2024-12-17 05:04:00
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