Carmen Borrego (58 años), despide el 2024 con una transformación física y emocional que no deja a nadie indiferente. La hija de la emblemática María Teresa Campos ha decidido regalarse un cambio radical, sometiéndose a múltiples intervenciones estéticas que han renovado su apariencia por completo. Este proceso, documentado en exclusiva para ‘Lecturas’ , refleja su valentía al enfrentarse no solo al quirófano, sino también a las dificultades personales que aún pesan en su vida. «Hace nueve días que me operaron. Aún está inflamado y tiene que retrotraer», confesó la colaboradora televisiva, mostrándose sincera y agradecida con los resultados de un lifting cervical que describe como una técnica innovadora del doctor Javier de Benito. «Es como si fuera una piel de lagarto; te inflamas menos y no te salen hematomas», detalló, destacando que esta intervención fue menos agresiva que las anteriores. La operación, que duró siete horas , también incluyó un retoque en los brazos, un área que describió con franqueza: «Los tenía como si tuviera 85 años». Este proceso, liderado por el doctor Morales, ha sido un paso significativo en su búsqueda de bienestar físico y emocional. «Ya que estaba en quirófano, pensé en hacerme algo más, pero me dio miedo. Me haré una abdominoplastia más adelante», añadió con determinación. Sin embargo, Borrego reconoce que su transformación no se limita a lo físico. Pese a las cicatrices externas, el mayor dolor proviene de su corazón: su relación con su hijo José María continúa siendo un tema delicado. En una emotiva confesión, Carmen expresó su deseo para el próximo año: «Le pido a 2025 una reconciliación». Este distanciamiento, que arrastra desde hace tiempo, contrasta con la felicidad que siente al ver a su sobrina Alejandra Rubio convertirse en madre. La colaboradora no ocultó su emoción al hablar del recién nacido: «Para mí, Alejandra es como una segunda hija . Todo lo bueno que le pase me llena de alegría», compartió. Este momento familiar ha traído un rayo de luz en unas fechas marcadas por la nostalgia, tras la reciente pérdida de María Teresa Campos. A pesar de los altibajos, Carmen se mostró empoderada y renovada durante su sesión fotográfica. «He empezado preocupada, no me veía bien. Pero, poco a poco, me he ido empoderando», reveló. Este cambio también incluye una nueva sonrisa, un detalle que siempre había sido motivo de complejo. «Llevaba años tapándome la boca para sonreír. Por fin puedo lucir como siempre quise». Consciente de la constante atención mediática sobre su familia, Carmen lanzó un contundente mensaje: «Si no existiéramos las Campos, habría que inventarnos . Estoy harta de que se inventen cosas sobre nosotras». Esta frase, pronunciada en su entrevista para ‘Lecturas’, refleja su deseo de reivindicar la dignidad y el respeto hacia su historia familiar. A punto de cerrar un capítulo crucial en su vida, Carmen Borrego nos recuerda que cada transformación, física o emocional, requiere valentía y perseverancia. Su relato, lleno de sinceridad y esperanza, es un testimonio de que nunca es tarde para buscar un renacer.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-12-11 11:13:00
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