Un equipo de investigadores españoles han demostrado que los pájaros son un buen indicador de la presencia de microplásticos en la atmósfera, después de haber hallado restos de esta materia en los pulmones y el sistema digestivo de numerosos ejemplares de ciudad. Hasta ahora, el análisis del agua, plantas, animales y humanos ha copado las mediciones de este residuo en el entorno; pero había pocos datos sobre su presencia en la atmósfera. Ahora, los pájaros sirven a esta tarea y vienen a confirmar la absoluta ubicuidad de los microplásticos en nuestro entorno. El hallazgo está firmado por un grupo de científicos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), la Universidad de Alcalá (UAH) y miembros del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (CREFA) y ha sido publicado en la revista Ecotoxicology and Environmental Safety. El equipo de trabajo recolectó muestras de aves fallecidas entre los años 2021 y 2023 de dos especies comunes en las urbes: el vencejo y el avión común. «Utilizando diversas técnicas, identificaron, caracterizaron y cuantificaron los microplásticos y las fibras artificiales presentes en los sistemas digestivo y respiratorio de las aves», explican desde la UAM. Los hallazgos indicaron que un 75% de las aves analizadas mostraron presencia de microplásticos. El poliéster (material casi omnipresente en la industria textil) fue el tipo de nanopolímero encontrado de forma más frecuente. Éste representó casi la mitad -el 48%- de las partículas identificadas, seguido por las fibras acrílicas (28%) y el polietileno (18%). Además, los científicos detectaron diferencias dentro del grupo analizado, todos ellos pertenecientes a la comunidad de Madrid. Así, las aves que fueron recolectadas en áreas con alta densidad de población, ubicadas en la dirección de los vientos predominantes, mostraron una concentración de microplásticos «significativamente mayor» en el sistema digestivo. Los autores subrayan por su parte la utilidad de las aves seleccionadas para monitorear este tipo de contaminación en la atmósfera. «Estas aves pasan la mayor parte de su vida en vuelo, participando en actividades como aparearse y dormir durante el vuelo, estando expuestas constantemente a la contaminación atmosférica. Monitorizarlas después de su muerte nos da información muy útil sobre la contaminación por microplásticos, que de otro modo sería imposible obtener. Para lograr datos comparables, se necesitaría un muestreador suspendido permanentemente a cientos de metros del suelo, lo cual es impracticable», valoran los autores del estudio. La contaminación por plásticos es un problema global. La mayoría de los plásticos terminan en el medio natural debido a la mala gestión que hacemos de nuestros residuos. Los plásticos, una vez en el medio ambiente, se degradan lentamente en partículas más pequeñas conocidas como microplásticos, menores a 5 milímetros. Su tamaño les permite moverse con facilidad por la naturaleza. Actualmente se consideran contaminantes casi ubicuos, ya que están presentes en muchos ecosistemas, incluyendo lugares remotos .
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Author : (abc)
Publish date : 2024-09-18 12:03:14
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