Hubo una era –no tan lejana en el tiempo- en la que los artistas cuando editaban un nuevo disco, en él había mucho más que música, convirtiéndose en una obra de carácter holístico. Esa etapa clásica en la que los discos eran productos culturales en los que se contaba una historia a través de canciones y se cuidaban detalles que hoy resultan casi banales como la presentación, la portada o el libreto. En un mundo dominado por la inmediatez, el éxito relámpago o los singles por streaming, una propuesta como la que sigue regalando la cantante Loreena McKennitt, aparece incluso como un acto de rebeldía. Un necesario soplo de aire auténtico , de clase y de música de calidad. Después de tres años de vida, Icónica Fest Sevilla ha vivido la que ha sido sin lugar a dudas una de sus noches más especiales, gracias a la inolvidable experiencia brindada por la cantante nacida en Canadá pero que lleva en su sangre las melodías propias del folclore irlandés y escocés. La voz que llevó en los años noventa a los primeros puestos de las listas de éxitos a la música celta y new age, se fundió de manera mágica con la plaza de España para así crear una velada única. McKennitt ofreció un concierto redondo, trascedente y en el que tanto su voz como los instrumentos sonaron con una claridad y una profundidad apabullante. Loreena (67 años) se encuentra en estas semanas de gira por España para celebrar los 30 años de vida de uno de sus discos más famosos, ‘The mask and mirror’ , que vio la luz en 1994 y para el que nuestro país fue una crucial fuente de inspiración, ya que lo compuso después de un viaje por la piel de toro, tal y como ella misma recordó al comienzo del concierto. Un disco que fue parte central de este recital y en el que incluso se puede encontrar una adaptación del poema de San Juan de la Cruz ‘Noche oscura del alma’ (‘The dark night of the soul’), una canción que sonó a gloria en el recinto de la plaza de España. Con su espectacular voz y una capacidad innata para fusionar estilos musicales diferentes y transportar a los oyentes a preciosos mundos imaginarios, Loreena brindó el que ha sido uno de los conciertos más ambientales y atmosféricos de todas las ediciones de este festival que apuesta por el eclecticismo. Loreena sabe que su propuesta es para disfrutarla con todos los sentidos y por ello dio indicaciones precisas para que se prohibiera grabar y hacer fotos con los teléfonos móviles a lo largo del concierto. La cantante alternó el piano, con el acordeón y también con el arpa, estando además acompañada por una magnífica banda, donde destacó el virtuosismo del violinista Hugh Marsh. El primer set estuvo marcado las canciones de ‘The mask and mirror’, entre las que no pudieron faltar títulos inconfundibles como ‘The mystic’s dream’, The bonny swans’ o la magnífica ‘Marrakesh night market’. El concierto siguió con una segunda parte en la que Mckennitt interpretó canciones de otros discos como ‘The gates of Istanbul’, ‘Marco Polo’ o la coreada ‘Dante’s Prayer’. Un magnífico recital, que ha elevado sin lugar a dudas la calidad musical del festival que terminó con la que es sin lugar una de sus canciones más famosas, ‘Tango to Evora’. Toda una delicia para el público que colgó el cartel de ‘no hay billetes’ en una noche para recordar.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-07-08 00:53:57
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