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El chotis, el baile madrileño olvidado que renace en las bodas

El chotis, el baile madrileño olvidado que renace en las bodas



El chotis vuelve a llamar la atención. Si no es porque las fiestas de San Isidro están a la vuelta de la esquina, es por el castizo baile nupcial del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, junto a su esposa, Teresa Urquijo, que dio la vuelta al país hace una semana. Pero, lejos de la pradera o los emblemáticos espacios del centro de la capital en días puntuales, ¿alguien baila el chotis en Madrid? Esta es una de las preocupaciones de escuelas de danza y asociaciones que buscan impulsar esta tradición, que apenas cuenta con relevo generacional y cuya difusión se limita a las celebraciones locales. «Me gusta imponer el chotis en mis clases porque lo llevo dentro», expresa a este periódico Raquel Hinojosa, quien cada lunes recibe a dos parejas en su academia, situada en pleno barrio de Lavapiés. Sin embargo, para ella esta escuela que abrió hace poco más de cinco años es una «inversión» propia, pues la retribución económica que consigue a cambio es mínima, teniendo en cuenta los gastos de alquiler del local de estas clases semanales que dirige tanto a principiantes como a profesionales. Hinojosa, que ahora tiene 52 años, lleva bailando desde los cuatro y enseñando desde los 18. Aunque también imparte lecciones de ballet, claqué o flamenco, con el chotis tiene un vínculo personal especial. «Fue mi bisabuela, que nació en 1901, la que me transmitió el casticismo, hasta que falleció cuando yo tenía 20 años», relata la bailarina y coreógrafa, que tiene entre sus objetivos que este baile madrileño no quede en el olvido. Noticia Relacionada estandar No Aguja e hilo para llenar de chulapos San Isidro: Madrid ofrece los patrones de los trajes y vestidos tradicionales Amina Ould El ayuntamiento de la capital pone a disposición de los ciudadanos unas fichas para que los madrileños puedan diseñar y confeccionar ellos mismos estas vestimentas regionales Aunque tan solo hay cuatro matriculados que acuden cada lunes al número 5 de la calle del Doctor Piga, son en torno a 50 personas en el grupo de WhatsApp en el que informa de los talleres que organiza cada cierto tiempo, a los que asisten en torno a ocho. La edad de los alumnos de esta escuela oscila entre los 28 y los 50 años y todos son de distintos orígenes, lejos de la creencia de que es un baile para ancianos madrileños. «Aún hay gente que no ha dejado atrás esta tradición, solo hay que pasarse por la pradera durante las fiestas», insiste la artista, que también dirige otra escuela de danza en Majadahonda. Almeida no ha sido pionero al bailar chotis en su boda, tal y como reclaca Hinojosa a ABC. En los últimos años, ha sido contratrada hasta en más de una decena de ocasiones para formar parte de espectáculos en este tipo de celebraciones o para montar una coreografía a los propios novios, que se han decantado por este baile popular en lugar del tradicional vals. Óscar y Esther aseguran que, de haberse aficionado un tiempo antes, no hubieran dudado en bailarlo en su enlace. Desde hace 3 años acuden cada lunes sin falta a la academia del barrio de Lavapiés. «Nuestros amigos alucinan bastante», asegura Óscar, bombero de profesión y que viene de una familia de ‘gatos’. El matrimonio insiste en que no son ningunos «abanderados», pero consideran que es «una pena» que se menosprecie esta tradición al poder parecer algo «anticuada». «La gente en Madrid sabe bailar sevillanas pero no chotis», lamenta Esther, que fue arrastrada por su marido a un taller y acabó enamorándose de este arte. Origen centroeuropeo Lejos de lo castizo, el chotis tiene su origen en el término ‘Schottisch’, que en alemán significa escocés. Fue implementado en la capital en el siglo XIX tras una fiesta celebrada por Isabel II en el Palacio Real. Desde ese momento, esta polca alemana comenzó a cautivar en la capital y a evolucionar hasta llegar al baile que conocemos hoy en día. Sin embargo, esta danza popular no es ni Bien de Interés Cultural ni Bien de Interés Patrimonial. Esto, según Hinojosa, dificulta su difusión al no contar con un presupuesto especial para ello. Raquel Hinojosa, el viernes, en su academia de Lavapiés ISABEL PERMUY La coreógrafa considera que el problema radica en la falta de difusión que tiene el chotis más allá de festivos como San Isidro o la Paloma y asegura que seguirá luchando por su preservación porque confía en su futuro. «Si algún ‘influencer’ me pudiera echar un cable, esto lo petaría», ríe Hinojosa. Óscar, por su parte, cree que «no se hace un favor para preservar la tradición cuando en las fiestas locales se pone más reguetón que música popular», y además considera que el Ayuntamiento de Madrid debería abogar más por promover la cultura musical de la ciudad. «Valoramos cualquier cosa que viene de fuera, pero perdemos las tradiciones madrileñas», asegura. Una escuela municipal Hinojosa también echa en falta el esfuerzo que promueva que los ciudadanos participen de esta danza, además de una escuela municipal con profesionales del baile que «enseñe debidamente». «En Aragón no son solo los mayores los que se visten con los trajes regionales y salen a bailar su danza popular, sino que desde pequeños se les inculca la jota», determina. Con San Isidro al girar la esquina, Federico Gómez, presidente de la Federación de Grupos Tradicionales Madrileños , pasa todo el día en reuniones. Según explica a ABC, el chotis «se está diluyendo poco a poco», mientras se puede ver cómo en otras provincias, al contrario, hay un mayor arraigo de las danzas tradicionales en todas las edades. El problema principal que se puede detectar, según explica, está en la falta de relevo generacional. «En las fiestas se nota que a los jóvenes les gusta el chotis, pero una vez estas terminan, el interés desaparece», asegura Gómez, quien además piensa que con la llegada de nueva música al panorama, «el baile en pareja se está perdiendo». Gómez cree que una forma de difusión del chotis efectiva también puede llevarse cabo a través de las escuelas, facilitando el impulso de la historia de la ciudad a los niños desde ya muy pequeños. San Isidro Desde esta agrupación, que nació hace más de tres décadas para intentar mantener las tradiciones castizas, aseguran estar trabajando con las autoridades municipales, como cada año, para mantener vivo esta danza popular. Precisamente, tal y como explicó la propia alcaldesa en funciones de Madrid, Inma Sanz, en la presentación de una de las iniciativas dentro de las líneas de trabajo del Área de Cultura, Turismo y Deporte, se está buscando un impulso para que San Isidro sea «más castizo». En este sentido, se están intensificando las propuestas como la creación de Chulapeando, puesto en marcha con motivo del patrón de al ciudad. La más reciente es la difusión de los patrones de trajes de chulapos y chulapas para que todo el que lo desee puede hacerse los suyos propios. El consistorio aún está por anunciar la programación que han organizado para esta esperada festividad.



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Author : (abc)

Publish date : 2024-04-14 04:36:59

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