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Odiseo hace historia en la Luna y se convierte en la primera nave privada en alunizar con éxito

Odiseo hace historia en la Luna y se convierte en la primera nave privada en alunizar con éxito



Como Odiseo en su regreso a Ítaca tras un largo viaje: triunfante. Así ha realizado un alunizaje histórico la sonda de Intuitive Machines con el mismo nombre que el héroe de la Ilíada (si bien sus creadores le llaman cariñosamente ‘Odie’). Odiseo ha hecho historia al conseguir ser la primera nave espacial privada en posarse suavemente sobre el regolito lunar. No es su único récord: es la primera de origen estadounidense que lo consigue desde el fin del Programa Apolo, hace más de medio siglo; y la primera en llegar al cráter Malapert A, muy cercano al Polo Sur lunar, la zona más codiciada de nuestro satélite porque hay múltiples pruebas de que allí hay agua en forma de hielo, recurso básico para los próximos asentamientos humanos. El viaje ha sido épico: se lanzó el pasado jueves desde Cabo Cañaveral y en seis días ha recorrido más de un millón de kilómetros. El periplo ha sido más tranquilo que el de su homónimo literario y todo iba según lo planeado. Incluso la nave Odiseo se hizo ‘selfies’ con la Tierra de fondo, indicando a Intuitive Machines, quien controlaba la nave, que todo iba bien. La compañía con sede en Houston, Texas, pilotaba (no está diseñada para llevar tripulación humana), pero detrás se sentía el peso de la NASA, quien en la misión, bautizada como IM-1, ha invertido 118 millones de dólares. Una cantidad ‘pequeña’ dentro de los 2.600 millones que la agencia espacial estadounidense piensa gastarse hasta 2028 en la iniciativa Commercial Lunar Payload Services (CLPS), un proyecto para alentar a las compañías de su país para que se hagan cargo del envío de suministros e instrumentos científicos a nuestro satélite, haciendo de ‘avanzadilla’ y proveedores de suministros al Programa Artemis, el nuevo ‘Apolo’ de la NASA. La nave, del tamaño de una cabina telefónica e inspirada en la Tardis de la serie ‘Doctor Who’, tuvo un comportamiento incluso mejor de lo esperado y se completaron con éxito las maniobras de posicionamiento antes del alunizaje sin tener que encender un tercer motor, tal y como estaba previsto. También se llevó a cabo la inserción en órbita de forma satisfactoria. En el momento crucial del descenso, diez minutos antes de las 0.24 hora española en la que estaba previsto el alunizaje, el motor principal se encendió para frenar la nave, que pasó de unos 80 kilómetros de altura hasta los 10 kilómetros, cerca del lugar elegido para tocar tierra, el cráter Malapert A, a unos 300 kilómetros del polo sur lunar, en el lado que mira hacia la Tierra. Un lugar relativamente plano del tamaño de un campo de fútbol americano en el que los sistemas, que en ese momento operaran de forma autónoma, reduciendo la velocidad, tomando decisiones sobre qué lugar es mejor para el alunizaje y llevándolo a cabo. Para saber su posición, varias cámaras que toman imágenes en dos y tres dimensiones dan datos sobre altitud, velocidad, localización… Mientras que dos CubeSats ‘suicidas’ grabaron las maniobras desde una perspectiva lateral. Tras 14 minutos agónicos, la Odiseo devolvía su señal a la torre de control, situada en Houston. Allí, los aplausos de la sala principal y de las habitaciones aledañas, donde esperaban todos los empleados y sus familias, rompían el pesado silencio de los anteriores angustiosos momentos. Éxito donde otras fracasaron El objetivo era que Odiseo triunfara donde otras fracasaron. El último intento estuvo protagonizado por Peregrine , una nave ideada por la compañía de Pittsburg Astrobotic, quien tuvo que abortar la misión hace un mes por una irreparable fuga de combustible en un propulsor durante su camino a la Luna, lo que provocó que se quedara sin opción de maniobra y acabase estrellada contra la atmósfera. No fue la única. Los módulos de aterrizaje israelí Beresheet y el japonés Hakuto-R alcanzaron la órbita lunar pero se estrellaron durante sus intentos de aterrizaje, en abril de 2019 y abril de 2023, respectivamente. Tampoco lo logró la MoonSniper , otra nave japonesa que acabó de bruces contra el regolito. Tan solo China y la India han conseguido repetir la proeza desde 1976, año en el que la misión Luna 24 alcanzó nuestro satélite con éxito, si bien la URSS, ahora reconvertida en Rusia, lo intentó el pasado verano con Luna 25 , que acabó también fracasando. IM-1 no está diseñada para ser una misión de larga duración: tan solo sobrevivirá medio día lunar (lo que equivale a siete días terrestres). En ese tiempo, tendrá que desplegar todo lo que lleva en su interior, ya que esta sonda, que mide algo más de cuatro metros de altura y pesa unos 675 kilos, es capaz de transportar hasta 130 kilos de carga útil a la superficie lunar. Esta ocasión porta una decena de instrumentos de la NASA, entre ellos el instrumento LRA (Laser Retroreflector Array), una suerte de ‘espejos’ sobre una estructura de aluminio que, al apuntarse con un láser, permiten determinar con exactitud la distancia desde cualquier nave espacial en órbita o durante el alunizaje; o el NDL es un sensor basado en LIDAR (Light Detección y Rango) que utiliza láseres para proporcionar una detección extremadamente precisa de velocidad y alcance (distancia al suelo) durante el descenso y aterrizaje del módulo de aterrizaje; algo así como el radar de la policía, pero con láseres. Por otro lado, el controvertido artista Jeff Koons -autor de algunas de las esculturas más características del Museo Guggenheim de Bilbao, como el perro floral de la entrada- decidido a crear la primera galería de arte en la Luna, ha enviado en Odiseo una colección de varias esferas en una caja transparente que representan las fases lunares. Esta obra se complementa con otra que permanecerá en la Tierra y otra que solo se lanzará en formato NFT o contenido digital exclusivo. Además, la marca de deportes Columbia probará en esta misión su material Omni-Heat Infinity, el mismo que utiliza para sus chaquetas aquí, en la Tierra, para proteger la sonda de las temperaturas extremas del espacio exterior y la superficie lunar, que registrará unos 100 grados Celsius durante el día. No solo contará con este recubrimiento: unos radiadores integrados también ayudarán a Odiseo a no quedar abrasada. Sin embargo, el módulo de aterrizaje lunar no puede sobrevivir a una noche gélida en la Luna porque no hay calentadores a bordo para mantener sus componentes electrónicos a temperatura funcional. Los científicos esperan que las observaciones continúen mientras la batería aguante, hasta unas pocas horas después de la puesta del Sol. No será la última vez que veamos un prototipo muy similar a Odiseo de camino a la Luna. Intuitive Machines tiene previstas para este año las misiones IM-2 e IM-3 con idéntico objetivo, explica la NASA en un comunicado . Odiseo solo tiene una vida, pero su legado se alargará en el tiempo. Al menos, durante todo este 2024.



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Author : (abc)

Publish date : 2024-02-23 01:43:52

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