Más del 75% de los niños y adolescentes han sufrido algún episodio de violencia sexual en el ámbito digital desde que tienen dispositivos electrónicos . Es llamativo que exactamente en la misma proporción declaren que nunca se lo han contado a sus padres. Solo un 20% (uno de cada cinco menores de edad) ha denunciado delitos de sextorsión, grooming o ser víctima de un ‘deepfake’ que utiliza su imagen y los desnuda. En ese caso sí, cuatro de cada diez personas que denunciaron recurrieron a la compañía de sus padres para hacerlo. En concreto, un exhaustivo informe de la Fundación Mutua Madrileña en colaboración con los agentes del Equipo Mujer-Menor (Emume) de la Guardia Civil, ha entrevistado a mil padres y 2.000 jóvenes de entre 16 y 22 años (entre febrero y mayo de este mismo año 2024) con el objetivo de contemplar todas las aristas y opiniones del problema. Según las conclusiones del estudio ‘Violencia sexual contra la infancia y la adolescencia en el ámbito digital ‘ «las formas de agresión más frecuentes a través de pantallas, que han afectado a alrededor de cuatro de cada diez niños o adolescentes en España, son recibir imágenes con contenido sexual sin haberlas solicitado (43,2% de los casos), recibir mensajes insistentes para quedar o buscar una relación (41,8%), ser objeto de comentarios sexuales no solicitados (40,2%) o acceder involuntariamente a contenidos pornográficos (39,6%). Menos frecuente, pero con mayor impacto en la vida de los menores de edad y «más dañinas», de acuerdo con el estudio, son otras situaciones de violencia sexual digital que tienen que ver con la vulneración de la intimidad y la imagen, y que incluyen situaciones diversas, como la presión para enviar contenido sexual personal (ha afectado al 24,2% de los encuestados), ser espiado/a o controlado por pareja/expareja u otra persona (23,3%), el chantaje con difundir contenido sexual (17,8%), el reenvío de contenido sexual personal sin consentimiento (15,1%) y la creación de imágenes con Inteligencia Artificial (IA) para mostrar a la persona menor de edad desnuda (12,9%). En total, casi tres de cada diez menores que han sufrido algún tipo de violencia sexual necesitó acudir al psicólogo, pero reinando, como citábamos, el silencio hacia sus progenitores. ¿Por qué? Las razones son evidentes: vergüenza, falta de confianza y temor a reprimendas son los motivos que esgrimen más de la mitad e los entrevistados. Otro 30,6% consideró que lo sucedido «no era tan grave como para tener que contarlo». La Fundación Mutua Madrileña ha resaltado esta mañana durante la presentación del informe que su objetivo es estudiar desde una óptica transversal la infancia y su relación con el mundo digital. Para ello, ha desplegado un enfoque metodológico mixto (tanto cualitativo como cuantitativo) en el informe, cuyas conclusiones ha presentado Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación mutua Madrileña, acompañado por la teniente coronel de la Guardia Civil María Dolores Gimeno, jefa del departamento de Investigación Criminal y Coordinación, de la Unidad Técnica de la Policía Judicial Otro de los datos novedosos que contiene este informe es que las situaciones de violencia sexual digital suceden en mayor medida durante la primera adolescencia, entre los 13,5 y los 15 años, con una incidencia superior en mujeres (53%), aunque no muy superior de la tasa de afectación entre los hombres (47%). «Tendemos a pensar erróneamente que solo las mujeres pueden ser el centro de la violencia digital, pero las cifras casi son simétricas, menos de un 5% de diferencia», ha advertido el director. «Los niños no disponen de las herramientas para prevenir estas situaciones y, sobre todo, no saben como gestionarlas», ha explicado Cooklin. Además, ha resaltado que «el impacto emocional es mayor en los progenitores que en los menores cuando el menor recibe fotos sexuales no solicitadas». Según ha explicado, los padres califican la agresión de muy grave, mientras que los niños no. Cooklin ha afirmado que « no creo que los menores hayan normalizado las fotos sexuales no solicitadas , pero los padres dobla la importancia del hecho. Sucede con tanta continuidad en el entorno del niño que los chicos no lo ven como algo extraordinario». En la mayor parte de los casos (52,2%) el agresor en violencia sexual digital es conocido de la víctima y pertenece a su entorno. Pueden ser amigos, pareja, expareja, conocidos, compañeros de estudio u otras actividades y familiares. Los desconocidos suponen en torno al 19% de los agresores y, en un 13,4% de los casos, son conocidos únicamente del mundo digital. En mayor parte son hombres (52,2%) y de una edad similar a la de la víctima o algo mayores (57,6%). Los motivos de ello, según ha explicado Cooklin, es que «los personas que más usan los dispositivos digitales y que ven este tipo de agresiones son los propios menores. No hay que tomarlo como regla, pero los niños están inmersos en esta rueda y replican los actos que ven ». «El estudio refleja lo que vemos desde la Guardia Civil desde hace tiempo. Es necesario sensibilizar a los menores para que vean que lo que sucede es un problema grave», explica Gimeno. La teniente ha advertido a los menores de edad que tengan la máxima precaución a la hora de compartir datos personales y hacerlo solo con personas de máxima confianza. Aunque cueste, las imágenes y los vídeos se deben reservar y no perder el control sobre esos archivos. Deben acudir a los padres en cuanto observen una situación anómala, ha recomendado. Además, ha recalcado la importancia de la educación en casa. «Los padres deben sentarse con sus hijos, no ser sus amigos, pero establecer un núcleo de confianza. Deben entender los dispositivos que utilizan los menores de edad y saber su uso», explica la teniente. Asimismo, ha afirmado que otro núcleo importante que puede ayudar a la protección del menor son los centros educativos. «Los profesores son los principales ‘influencers’ de los niños. Deben enseñarles como usar las tecnologías, un mal uso de ellas puede generarles muchos riesgos». Por último, Gimeno ha recalcado la importancia de las denuncias. «Si un menor piensa que está siendo víctima de un delito, jamás deben sentir vergüenza. Debe denunciar a la Guardia Civil». Además, ha informado sobre la importancia de no borrar nunca las pruebas y, menos aún, «jamás se debe reenviar o subir el contenido a las redes sociales porque te convierte en tan culpable como el que la manda», ha concluido.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-06-24 13:30:16
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